La anorexia nerviosa debe diferenciarse de la pérdida de peso que se produce en otras enfermedades orgánicas, como en muchos tipos de cáncer, diabetes mellitus, hipertiroidismo, colitis ulcerosa o celiaquía. En cada una de ellas aparecen otras manifestaciones característicos, como la polidipsia (sed excesiva) en la diabetes mellitus o la elevación de hormonas tiroideas en el hipertiroidismo. Además en estas enfermedades no existe distorsión de la imagen corporal ni obsesión por adelgazar.
Por otra parte diferentes trastornos siquiátricos pueden cursar con pérdida de peso y falta de apetito, a veces ocurre en la depresión, pero en esta enfermedad no existe el miedo a engordar típico de la anorexia. Pueden aparecer conductas alimentarias inusuales en la esquizofrenia o conductas de evitación de comer en público en la fobia social.
Dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, con frecuencia, no es fácil diferenciar los diagnósticos de anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y otros desórdenes alimenticios no especificados (EDNOS), pues existen síntomas comunes a los tres trastornos. No es inusual que una persona con un trastorno de la conducta alimentaria reciba diferentes diagnósticos a medida que cambian sus comportamientos con el paso del tiempo. Un número significativo de pacientes diagnosticados con EDNOS cumplen la mayor parte de los criterios de la anorexia nerviosa, excepto la amenorrea (falta de hemorragia menstrual) de tres meses de duración.
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